Una de las cuestiones clave de la vuelta al cole para las familias con niños en edad infantil es el periodo de adaptación. Se trata de un periodo de tiempo flexible y adaptado a cada pequeño, en el que se incorpora al centro de manera gradual y acompañado, en algunos momentos, por sus familiares, y que constituye una primera aproximación a la que será su escuela.
En palabras de Reyes Menéndez, directora de la Etapa de Infantil en el Colegio Balder (Las Rozas, Madrid): “Los primeros días constituyen un gran cambio para ellos, muchos no han estado escolarizados, o vienen tras unas largas vacaciones en las que no han tenido tantas rutinas, ni se han separado de sus papás. Por eso este periodo es beneficioso, se les hace más llevadera la incorporación y asimilación de unos horarios: la hora de jugar, de comer, de vestirse…”
Es importante también que este acercamiento sea progresivo, así como la comunicación de la familia, para poder conocer las necesidades y estado en que se encuentran los nuevos alumnos. “Es muy personalizado y consensuado con los padres, aunque también sugerimos unas pautas o indicaciones” asegura Reyes. “El primer día, los niños pueden acudir, por ejemplo, hasta las once de la mañana; el día siguiente, hasta las 12 y 15h. (hora de la comida; y más adelante puede quedarse a almorzar. Mas, todo depende de cada niño.”
Del mismo modo, los padres y madres pueden acompañarlos en esas primeras horas; de hecho, es positivo que lo hagan si así lo desean. “La comunicación es fundamental, en el caso de que el pequeño tenga demasiada ansiedad por la separación y no se encuentre a gusto, se llama a los familiares para que puedan recogerle y no prolongar ese estado.” afirma Reyes.
Las profesoras de Infantil del Colegio Balder trabajan desde el primer día para ofrecer un entorno seguro y emocional a los recién llegados, como indica la directora de etapa “El objetivo principal es que puedan ajustar sus emociones y sentimientos en dicho entorno, que significa a su vez, su entrada en una nueva etapa vital, donde adquirirá nuevas habilidades y establecerá nuevas relaciones con los pares. Todo tiene que presentar mucha armonía. Lo más importante para el colegio es que todos nuestros alumnos vengan contentos, que se sientan como en su propia casa, y que, en el caso de los más pequeños, puedan vivir su transición de la manera más adecuada a todos los niveles de su desarrollo.”