Según el informe anual presentado por la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (ATUDEM), el 28% de los visitantes de las estaciones de esquí en España son menores de edad. Por ello, desde la asociación proponen 5 consejos para esquiar con niños.
- El esquí no tiene edad: No existe una edad establecida para iniciarse en este deporte. Entre los 3 y los 5 años es una buena edad para empezar a esquiar, aunque esto siempre dependerá de las habilidades de cada niño y de la frecuencia con la que visite las estaciones de esquí. Si bien entre los 3 y los 5 años es la edad ideal para familiarizarse, desde la asociación apuntan que entre los 6 y los 8 años es cuando se empiezan a ver los primeros progresos, por cuestiones de desarrollo personal y psicomotriz.
- Iniciarse poco a poco en este deporte: Para que los más pequeños de la casa se conviertan en amantes del esquí es importante que vean este deporte como un juego. Recomiendan que el primer contacto con la nieve sea en los parques o jardines de nieve de las estaciones, generalmente un espacio cerrado con diferentes instalaciones, como cintas o cabañas de juego, donde los niños pueden experimentar con la nieve y dar sus primeros pasos con los esquís. Una vez perdido el miedo, las estaciones disponen de pistas para debutantes, en las que los más pequeños (y principiantes) pueden empezar a esquiar y habituarse a coger un arrastre.
- Contratar clases: Las estaciones de esquí disponen de clases de esquí, tanto privadas como colectivas, para los más pequeños. Contratar un profesor o monitor es la mejor opción para que los niños aprendan a esquiar correctamente, ya que tienen el conocimiento y la técnica necesaria para enseñar este deporte de manera divertida.
- Vestir con el equipo adecuado: Como cualquier adulto, los niños deben contar con el equipo adecuado para la práctica de este deporte. Lo primero que se debe hacer es habituar al niño a la ropa necesaria para este deporte (anorak, botas, gorro, gafas, etc.), que por lo general la perciben como algo molesto e incómodo que le dificulta la movilidad. Tanto si el material es alquilado o de propiedad, la ropa para la nieve debe aislar del frío, el viento y la humedad, así como retener el calor corporal y permitir la transpiración.
Llevar siempre dos pares de guantes, ya que los niños siempre acaban con las manos mojadas al estar en contacto permanente con la nieve. Asimismo, aconsejan equipar a los pequeños con una braga por debajo del casco, para proteger la cabeza del frío, y gafas de ventisca, para evitar que se pierdan. En este sentido, desde la asociación recuerdan la importancia del uso de protectores solares para piel y labios. - Esquiar de forma segura: Para disfrutar de la nieve sin preocupaciones, se recomienda contratar un seguro de esquí, que se puede adquirir en la propia estación. Dependiendo del contrato, este seguro cubre al esquiador ante accidentes, búsqueda y rescate, transporte sanitario o pérdida de forfait, entre otros.