“Mi hijo no quiere leer. No le interesa, no le engancha, se aburre enseguida”. Si esta frase te resulta familiar, tranquilos: no estais solos. Muchos padres se enfrentan a ese momento en el que los cuentos ya no tienen tanto éxito y la lectura parece haberse convertido en una obligación más. Pero la clave no está en insistir… sino en cambiar la estrategia.
Porque la lectura no debería ser una pelea, sino una aventura compartida. A continuación te damos 7 ideas útiles, realistas y aplicables para que tu peque se reencuentre con los libros.
Deja que elija (aunque no te guste lo que elige)
Uno de los errores más comunes es tratar de imponer libros “adecuados”, “educativos” o “de su edad”. El problema es que, cuando un niño siente que no tiene libertad para elegir, desconecta.
Dale opciones variadas: cómics, libros ilustrados, cuentos interactivos, revistas, álbumes de pegatinas, libros con olores o solapas… Incluso si elige algo que te parece “poco útil”, respeta su decisión. El vínculo con la lectura empieza por el placer de elegir.
En Madrid hay espacios como la librería Kirikú y la Bruja (Carabanchel) o El Dragón Lector (Chamberí), donde los peques pueden tocar, hojear y elegir sin presión.
Crea un espacio de lectura que invite (no imponga)
El entorno influye. Si los libros están guardados en un estante alto, en medio de los deberes o junto al router, es difícil que resulten atractivos. En cambio, si creas un rincón acogedor, todo cambia.
Puedes montar un pequeño espacio con una alfombra, cojines, una lámpara suave, una caja de cuentos a su altura… No hace falta tener una habitación propia para ello: una esquina del salón basta.
Haz que ese lugar se convierta en un rincón especial. El mensaje es claro: leer también es descansar, disfrutar, imaginar.
Lee tú también (y que te vea)
Pocas cosas generan más impacto en un niño que el ejemplo directo. Si tú siempre estás con el móvil o viendo la tele, pero le dices “lee un rato”, es muy probable que se rebele.
No hace falta que te encierres con un libro de 800 páginas. Basta con que, en algunos ratos, te vean leer una revista, un cómic, una novela corta. Que te vean disfrutar con un libro.
Incluso puedes compartir lo que lees: “Mira lo que pone aquí, qué divertido” o “este personaje me recuerda a ti”. Hacer visible la lectura en casa es tan importante como leer con ellos.

Usa la lectura como puente para crear cosas juntos
¿Sabías que leer no tiene por qué acabar al cerrar el libro? Puedes convertir esa historia en el punto de partida de una actividad creativa.
- Si el cuento habla de una tarta: cocinadla juntos.
- Si aparece un castillo: construidlo con cartón.
- ¿Un dragón? Dibujadlo en la ventana con rotuladores de tiza.
- ¿Una aventura en el mar? Haced un mapa pirata.
Esto convierte la lectura en una experiencia multisensorial y refuerza el vínculo entre lo que leen y lo que viven. Y además… ¡se divertirán contigo!

Los audiolibros también cuentan (y enganchan)
No todos los niños conectan de inmediato con la lectura visual. Algunos prefieren escuchar historias antes de leerlas. En esos casos, los audiocuentos pueden ser una solución fantástica.
Puedes poner un audiolibro mientras están relajados en casa, de camino al cole, antes de dormir o mientras dibujan. Hay plataformas como Audible, Ivoox o Storytel con contenido infantil muy cuidado.
Después de escucharlo, puedes animarle a dibujar lo que ha imaginado, contar el final con sus palabras o incluso buscar el libro físico de esa historia. Así, la voz se convierte en la puerta al papel.
La biblioteca: ese planazo gratuito que olvidamos
En muchas familias se asocia la biblioteca solo con el estudio, pero en realidad, es un lugar lleno de magia. Ir con tu hijo o hija a la biblioteca no solo es gratis, sino que también le hace sentir mayor, autónomo y partícipe.
En Madrid tienes joyas como:
- Biblioteca Eugenio Trías (en El Retiro): con sección infantil amplia y muchas actividades.
- Biblioteca José Hierro (Usera): luminosa, accesible y con cuentos desde 0 años.
- Biblioteca Ana María Matute (Carabanchel): moderna, con espacios para leer cómodamente y libros actualizados.
Muchas bibliotecas madrileñas organizan cuentacuentos, clubes de lectura infantil y talleres gratuitos. Puedes consultarlos en la Red de Bibliotecas de Madrid.

No fuerces ni recompenses con chantajes
Cuando la lectura se convierte en una moneda de cambio (“si lees 10 páginas te dejo ver la tele”), perdemos el objetivo: que disfrute, no que la vea como una obligación.
Tampoco sirve insistir cuando está cansado, de mal humor o en plena rabieta. La paciencia es la mejor aliada. Respeta su ritmo. Hay etapas de mayor conexión y otras en que se desconectan.
Lo importante es no cortar el vínculo. Deja los libros al alcance, coméntalos de forma natural y no los conviertas en un deber.
A veces olvidamos que leer no es solo decodificar letras: es imaginar, conectar, disfrutar y compartir. No todos los niños siguen el mismo camino, pero todos tienen su momento.
Tu misión como madre, padre o cuidador no es que se conviertan en devoradores de libros con 6 años, sino ayudarles a descubrir que los libros también les pertenecen.
Y cuando eso ocurra, verás que no necesitarás insistir nunca más.
Recursos útiles en Madrid:
- Librerías infantiles recomendadas:
- Kirikú y la bruja (Carabanchel)
- El Dragón Lector (Chamberí)
- La Mar de Letras (Centro)
- Bibliotecas públicas destacadas:
- Eugenio Trías (Retiro)
- Ana María Matute (Carabanchel)
- José Hierro (Usera)
- Apps de audiolibros:
- Audible Kids
- Ivoox (sección cuentos)
- LeoleoCuentos
Leer no se enseña como una tabla de multiplicar. Se cultiva. Con tiempo, con ejemplo, con espacios acogedores, y sobre todo, con cariño. Un niño que no quiere leer hoy no es un caso perdido: simplemente necesita descubrir su forma de hacerlo.
Da igual si empieza por cómics, si solo quiere cuentos de dinosaurios o si se engancha con los audiolibros: lo importante es que viva la lectura como algo suyo.
Así que relájate, disfruta de ese ratito juntos y no pierdas la fe: todos los lectores empezaron siendo niños que un día, por fin, encontraron su historia.